domingo, 28 de febrero de 2010

Melancolía.

Hay que tener cuidado con los estados de ánimo depresivos, son un vicio.
He pasado un fin de semana maravilloso.No puedo quejarme de ningún momento vivido entre las 15:13 del Viernes y las 22:07 de hoy Domingo.
Él ha venido a verme y ha creado un mundo de color y dulzura solo para nosotros dos. Ha hurtado un breve periodo de tiempo a la vida, para regalármelo a mí.
Y huyeron los miedos, los ratos de tristeza, la rutina y los suspiros de desesperación.
Fueron sustituidos por las caricias, los besos y los abrazos, por la risa y las ganas de soñar despiertos.
Pero el sueño ha terminado de la misma manera que empezó: En el andén de una estación. De nuevo ha tomado un tren, y, pese a que se que volverá, no puedo evitar hundirme de nuevo.
Tengo la noche tonta. Por mucho que me he prometido a mí misma (y a él) que nada de llorar, unas lágrimas rebeldes afloran por mis ojos en los momentos más inesperados.
Me encuentro sin ganas de nada, haciéndome demasiadas preguntas y sin encontrar respuestas.
Tengo ganas de meterme en la cama, ocultarme bajo las sábanas y dormir, dormir y dormir hasta que de nuevo venga a verme. Y, pese a ello, no me queda más remedio que seguir despierta, continuar con la rutina de siempre, y esperar y esperar a que la vida nos conceda otro par de días juntos.
Creo que para soportar estas semanas voy a tener que perderme entre mis recuerdos, sumergirme en una realidad paralela, y alimentarme de los sueños y deseos que compartimos. Solo así podré llegar de una pieza a nuestro próximo encuentro.
Y mientras pienso en todo lo que hemos vivido juntos, y lo que aún nos queda por vivir, tres simples palabras vienen a mi cabeza...
GRACIAS...TE QUIERO.

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