jueves, 25 de febrero de 2010

Cris es una chica que no sale

Es verdad. No recuerdo la última vez que quedé con algunos amigos para ir por ahí, que salí de fiesta, o fui a hacer algo diferente.
Mi vida se está volviendo demasiado sedentaria, rutinaria, o qué se yo. Siento que, aparte de ir a clase y estar en casa estudiando, o leyendo o haciendo algo con el ordenador, no hago nada más.
Es cierto que mi novio y yo salimos a comer o cenar fuera con cierta frecuencia, o vamos al cine, pero para de contar.
Hace una eternidad que no paseamos por un parque, vamos a algún museo, alguna feria de libros...todo ese tipo de cosas que solíamos hacer antes. Cuando llegue el buen tiempo quizás...
Lo echo de menos. Es decir, no las discotecas, (no, por los Dioses, no las soporto) pero sí extraño el hacer algo diferente. Abandonar un poquillo mi rutina diaria...
En resumidas cuentas, vivir.
El problema es que no estoy tan aburrida como debería. Es decir, a estas alturas ya debería haber perdido la cabeza, cometido un homicidio, o escuchar voces que me dijeran que queme cosas...
Temo estar convirtiéndome en una anciana prematura.
Quizás estoy más relajada de lo que debería estar en mi situación por los libros. Cada vez que cojo un libro, mi mundo se transforma.
Un día soy un terrible pirata que recorre los siete mares sediento de sangre, ron y tesoros. Al día siguiente, una bruja que vuela en escoba, una princesa atrapada en un castillo, un asesino en serie o un caballero con armadura de hojalata.
Quizás son los libros los que aún me mantienen con un mínimo de cordura. La justa, eso sí.
¿Hago bien encerrándome en un mundo de imaginarios viajes y vidas ficticias, o por el contrario acabaré mis días como una bruja excéntrica que vive rodeada de gatos y lanza excrementos de canario a todo aquel que se acerque a la puerta de mi casa?

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