lunes, 23 de agosto de 2010

Cada tres cuadros....:(


Nunca pareciste feliz conmigo.
Nunca parecí ser de tu agrado, nunca hice nada bien.
Me pregunto qué error cometí, qué fue eso que hice tan mal.
No sé por qué te arruiné la vida de tal manera.
Lamento confesar que no estoy muy segura de qué pecado cometí, pero debió de ser muy grave para que me desprecies así desde el primer momento.
No diré que lamento no haber sido perfecta para ti, porque nadie es perfecto y mucho menos tú.
Porque quisiste que fuera sumisa, que aguantara todo cuanto me echaras encima.
Porque pese a tus maneras y tu forma de ser, yo tenía que ser fastuosa.
Porque querías que hiciera lo que tú decías, no lo que en realidad hacías.
Ah, qué fácil es pedir, sin ofrecer nada a cambio. La inexcusable hipocresía humana.
Porque exigías confianza cuando tú nunca confiaste en mí.
Porque pretendías obtener cariño inculcando miedo.
Porque nunca fuiste capaz de entender una lágrima, porque no eras capaz de dar un abrazo.
En vez de disfrutar de dulces cuentos infantiles, soportaba historias para no dormir.
No estuviste ahí en los momentos duros.
No me diste ningún consejo útil.
No hice nada que te hiciera sentir orgullosa.

Nunca comprendiste lo que para una niña significa la palabra soledad.
Pretendiste adiestrarme, en vez de educarme.
Y después de tantos años de doloroso rechazo, te preguntas qué has hecho mal.
Cómo puedo ser tan cruel contigo.
Cómo no se me cae la cara de vergüenza al recordarte, lo que para ti nunca sucedió.
A éstas alturas ya deberías saber que quien siembra vientos, recoge tempestades. Y tú llevas años sembrando auténticos huracanes.
Ésto es lo último que te digo. El último pensamiento que te dedico. La última reflexión, ya que desde hoy, no vas a tener la suficiente relevancia como para dedicarte ninguno de mis pensamientos, ninguna emoción, ningún sentimiento, ni siquiera, desprecio. Pues la rabia ha ido dando paso a la indiferencia.

No escucharé tus insultos; no miraré tus gestos de desprecio, no contestaré a estúpidas provocaciones.

No creo que vayas a lamentarlo, pues nunca te importó, pero si alguna vez, decides preguntarte por qué, recuerda, que hace muchos años que me perdiste, si es que en algún momento me tuviste.


Sé que algún día seré completamente libre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario